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martes, 2 de agosto de 2011

Los procesos de brujería.

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Los procesos de brujería
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por L. de Gérin-Ricard
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.. Desde 1353 se mencionó, en Tolón, una danza de brujos, pero la primera ejecución de «poseído» tuvo lugar, probablemente, en Novara, en 1357. En 1374 Gregorio IX invitó a los inquisidores a perseguir enérgicamente a los brujos, pues se multiplicaban cada vez más. En Ginebra quemó a quinientos brujos en tres meses, ochocientos en Saboya, ciento dieciocho en Tréveris. De 1400 a 1504 el Santo Oficio hizo subir a la hoguera a treinta mil brujas, entre las cuales... Juana de Arco. Pero el brujo más célebre de esta época fue el famoso Gilles de Rais, mariscal de Francia y compañero fiel de la santa lorenesa. La leyenda le ha cargado de múltiples maldades y ha pretendido hacer de él un prototipo de Barba Azul. Por curiosidad, y más aun, tal vez, por necesidad de dinero, resultado de una existencia fastuosa, se puso a aprender la alquimia. No eligió sus maestros al azar, e hizo venir de Alemania, de Italia, de Inglaterra, especialistas célebres: Antonio de Palermo, Francisco Lombart, Prelatti; Jean Petit, orfebre parisiense, se unió al grupo (para un joyero, no es cosa despreciable hacer oro...); luego Du Mesnil, Jean de la Rivière, Louys, Eustaquio Blanchet.
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.. Cuentan que durante una de las primeras sesiones de alquimia, en el castillo de Tiffanges, el delfín Carlos llegó de improviso. Los buscadores fueron forzados a abandonar rápidamente atanores y morteros. Sin duda, para preservarse de semejantes sorpresas, operaron en lo sucesivo en casa de una mujer de la vecindad, la Perrota. Estas manipulaciones alquímicas, proseguidas cada día encarnizadamente, no tenían éxito, y Gilles de Rais continuaba llevando una vida de dispendios. Para encontrar dinero pensó que tenía que probar otra cosa, y, sin abandonar la busqueda de la piedra filosofal, se entregó a la magia. Sólo tenía ventidós años, en 1426, cuando comenzó sus evocaciones; pero hasta después de la muerte de Juana de Arco, tal vez en 1432, no se consagró verdaderamente. Du Mesnil, Jean de la Rivière, Louys, Prelati, fueron sus compañeros. Un día, en el castillo de Tiffanges, Satanás se manifiesta: un evocador traza un círculo mágico e invita a Gilles de Sillié a entrar en él. Lleno de miedo, se niega, y toma en sus manos una estatua de la Virgen María; Gilles de Rais acepta por su parte entrar en el círculo, pero el terror le invade pronto. Quiere hacer el signo de la cruz; el evocador se lo prohíbe; entonces recita la oración del Alma Redemptoris; en seguida el evocador le ordena saltar fuera del círculo; no se hace de rogar y, haciendo la señal de la cruz, huye a todo correr y alcanza Gilles de Sillié, que ya había saltado por la ventana. Desde fuera oyen golpes, una batalla; al fin se envalentonan, vuelven y encuentran al evocador que yace, con un chichón en la frente y todo el cuerpo con las señales de una brutal paliza. Le llevan a la habitación del mariscal y le encuentran tan mal, que llaman a un confesor. No murió de esta corrección, pero probablemente se retiró de la magia. Gilles de Rais, por el contrario, olvidando el miedo, no se quedó ahí. La evocación hecha por Prelati una noche de 1439 no tuvo éxito; no había, sin embargo, olvidado nada, ni el círculo mágico, ni los polvos magnéticos, ni las oraciones: «Os conjuro, barón Satanás, Belzebú, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, en el nombre de la Virgen María y de todos los santos, ¡apareced aquí!». Lucifer no apareció, pero los amigos de Gilles de Rais, ausentes de la escena, pretendieron haber oído en el tejado los pasos de un animal de cuatro patas, que iba con gran ruido hacia la poterna... Otra prueba de evocación hecha por Prelati, en una pradera, en compañía de Poitou, un amigo de Gilles de Rais. Dicho Poitou hace un signo de cruz y una enorme tormenta estalla. Una vez, sin embargo, el diablo se deja convencer y da a Prelati un saquito de pólvora negra que debe de colmar los deseos del mariscal de Rais. A pesar de esto, Prelati está un poco decepcionado de tomarse tanto trabajo para tan mezquinos resultados; en un acceso de desesperación y de imprudencia, invoca al espíritu maligno para reprocharle su poca generosidad; «los diablos le dice son villanos sin ningún poder». Apaleado en seguida, se puso a gemir; sus amigos, alarmados, acuden y le ven salir de la habitación más muerto que vivo. Había que decidirse a hacer un sacrificio para obtener un éxito tangible: Gilles de Rais mató a un niño y ofreció al demonio la mano, el corazón, los ojos y la sangre de la pequeña víctima. Fue, cuentan, la primera de las horribles fechorías que iba a cometer Gilles de Rais en lo sucesivo.
Brujas condenadas a la horca. Grabado del siglo XVII.
.. De 1575 a 1700 la Inquisición inculpó a un millón de brujos... En el siglo XVI hay que citar al brujo Tres Escalas (acusado de hechizo y de envenenamiento), astrólogo de Carlos IX, que dice tener en París treinta mil adeptos, los treinta brujos de Aviñón quemados juntos, y la Raymbaude, de Aix-en-Provence, que subió a la hoguera al mismo tiempo que tres cómplices suyos. Todos habían confesado haberse convertido en lobos y haber devorado niños... Y Desbordes, ayuda de cámara de Carlos IV, duque de Lorena, había ordenado a los personajes de un tapiz materializarse y bailar en el salón. Otra vez, había forzado a tres cadáveres, colgados desde hacía tres días en tres horcas, a venir a rendir homenaje al duque; luego les había vuelto a enviar a sus horcas. Durante una cacería se había entregado a otra hazaña que su amo había juzgado no menos maravillosa: había sacado una comida exquisita y abundante de una cajita de tres (siempre tres) compartimientos. (1). Como la madre del duque había fallecido de muerte prematura e inexplicada, al haberse declarado varias enfermedades en la familia, que los médicos no sabían atribuir más que a maleficios, se hizo, en 1628, el proceso por brujería del criado demasiado servicial y fue quemado vivo. Somos libres de pensar que el duque lanzaba estas acusaciones para no tener que formular otras que habrían podido traicionar secretos de su casa...
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.. Otro caso histórico de brujería es el de la mariscala de Ancre, que fue condenada a muerte bajo el reinado de Luis XIII, después del asesinato de su marido, el célebre Concini. De hecho, el rey, guardado en tutela por el ministro, quería a toda costa librarse de estos sutiles intrigantes que el favor de María de Médicis había colocado tan alto. Fueron acusados de crimen de lesa majestad, de prevaricación, de espionaje, del asesinato del señor de Prouville, jefe de policía de la ciudad de Amiens. Pero también, en el proceso, muy a menudo, se trató de la magia, de entrevistas secretas con judíos cabalistas, de tentativas de hechizo, de talismanes, y principalmente de un anillo sobre el que estaba grabado: «Adonai Ropheca» (Dios te medicinará), de un sarcófago con una de sus caras de cristal, de la intimidad de la mariscala con el médico judío Montalte, quien, bajo las órdenes de ésta y para su servicio, se supone que había buscado un hombre «conocedor de la magia, la nigromancia y otras ciencias para forzar a los espíritus». Por lo demás, Leonora Galigai negó casi todo, principalmente la práctica de misas negras, de las que algunos testigos la acusaron, precisando que el padre Roger, en los agustinos, alimentaba para ella a un gallo destinado a ser ofrecido en holocausto, en esas bacanales, en lugar de la hostia.
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.. La Voisin también, en el siglo siguiente, fue acusado de asistir a misas negras celebradas por el infame abate Guibourg. Es incluso el único elemento demonológico de este asunto. Se la acusó, además, de haber evocado, a ruegos del duque de Bouillon, heredero de Turena, sobre la tumba de éste, en la basílica de Saint Denis, a la sombra del mariscal para preguntarle si no había escondido un tesoro en su castillo de Lorena. Digamos a propósito de esto que las fórmulas nigrománticas son variadas; pero el instrumento indispensable para toda evocación es la espada (lo hemos visto a propósito de la evocación de los muertos de Homero), con la cual se traza el círculo mágico y que sirve luego para separar las «entidades» capaces de impedir la aparición. Hay también el espejo mágico que usó Nostradamus, a ruegos de Catalina de Médicis. Sin embargo, el proceso de la Voisin, en marzo de 1679, fue sobre todo un asunto de venenos. La Voisin era a la vez envenenadora y abortadora, lo que no probaba que fuese bruja, pero bastaba para condenarla.
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.. A pesar de los rigores de la Inquisición, de las leyes laicas o de la Reforma (2), según los países, las prácticas satánicas no parecen disminuir. En el siglo XVII hay poseídos en todas partes. Sin hablar de la extraordinaria Antoinette Bourrignon, encontramos en los archivos de numerosos conventos de mujeres, sobre todo, certificados de exorcismo con la contraseña del demonio mismo (Astaroth o Asmael, u otros), que firma como cualquiera de nosotros. ¡Menuda carnaza para los grafólogos!
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.. El último caso célebre de brujería, en Francia, es el del jesuita Girard, acusado (como el sacerdote Gaufridi, en Aix-en-Provence, en 1611) por haber hechizado a una joven de Tolón y haberla seducido por prácticas diabólicas.
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.. (1) Se trataba tal vez de un autoclave o de lo que llamamos una «marmita noruega». (2) Las medidas tomadas contra los brujos fueron aun más severas en los países protestantes que en los católicos. [Notas del autor].
.. «Historia del ocultismo», por Lazare de Gérin-Ricard.

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